Entre la incontable legión de ajedrecistas que en todas las épocas han brillado por su "modestia", ocupa un lugar predominante el inglés George Mac Donnell.
Unos años antes, A.Mac Donnell había jugado una serie de partidas -que se hicieron famoss- contra el francés Labourdonnais, y la igualdad de apellidos entre los dos británicos inducía a error a los que no estaban en antecedentes de que Alexander había muerto hacía algunos años.
Tras un encuentro con un jugador de mediana clase, éste le dijo a George:
-Juega usted mejor ahora que cuando su match con Labourdonnais.
-Yo nunca jugué con él -respondió el interesado-.
-¡Oh! ¿Entonces usted no es el gran Mac Donnell?
-Se equivoca usted -respondió nuestro hombre-.¡Yo soy el gran Mac Donnell!! El otro, desde su muerte, está viviendo de mi reputación.
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